Ginés Muñoz.
Barcelona,
12 mar (EFE).- Acostumbrado a destrozar récords, a acumular títulos
como si no costara, a doblegar rivales en las finales con facilidad
pasmosa, el Barcelona necesitó esta vez remontar el 2-0 de San Siro y
golear al Milan en el Camp Nou (4-0) para seguir vivo en la Liga de
Campeones, una gesta que este equipo aun no tenía en su repertorio.
Xavi
ya dijo hace unos días que este equipo, esta fantástica generación de
futbolistas que pasará a la historia no solo por todo lo que ha ganado
sino por cómo lo ha ganado, quizá necesitaba una remontada épica como la
de esta noche para ser eterno.
Y lo logró de la
mano del mejor Messi y ofreciendo todas las virtudes del decálogo
futbolístico que le ha hecho grande y que parecía haber dejado olvidado
en algún lugar remoto estas últimas semanas.
El
Barça se encontró con el guión de partido soñado: con un público
entregado mucho antes del inicio del choque, los jugadores enchufados
desde el primer minuto y un gol en la primera ocasión de que dispuso.
A
los cinco minutos, Messi y Xavi abrían el camino de la remontada al
fabricar una pared en la frontal del área que acabó con una rosca del
argentino a la escuadra que dejó clavado a Abbiati.
Los
azulgranas golpeaban primero y el Milan le costó levantarse. El remate
en semifallo de El Shaarawy, instantes después del 1-0 y que acabó
mansamente en las manos de Valdés, pareció un mero accidente.
El
Barça jugaba con intensidad y presionaba con hambre voraz. Al equipo
italiano le duraba el balón un suspiro. Mexes y Zapata se multiplicaban
achicando balones desde el eje de la zaga. Y hasta El Shaarawy bajaba a
ayudar a Constant para tapar las internadas de Alves, una imagen ya
vista en el Camp Nou con 'cracks' como Rooney o Drogba en otras
eliminatorias de 'Champions'.
Antes del cuarto de
hora, Iniesta y Xavi ya habían puesto en serios problemas a Abbiati con
dos tiros envenenados y Pedro había sufrido un posible penalti de Abate.
El
Barça, casi con el mismo once que en la final de Wembley de hace dos
años -Jordi Alba ocupó el puesto de Abidal-, con Alves prácticamente de
extremo, Villa jugando de '9' y Messi en la media punta había recuperado
su mejor versión, pero el segundo gol no llegaba y pareció tomarse un
respiro.
El equipo de Massimiliano Allegri lo
aprovechó para recomponerse e intentar buscar fortuna en alguna tímida
contra de El Sharaawy. Sin embargo, la jugada clave del partido no tuvo
como protagonista al 'Faraón', sino a su compañero Niang.
El
sustituto hoy del lesionado Pazzini se llevó un balón aéreo después de
que Mascherano midiera mal el despeje y se plantó solo ante Valdés, pero
acabó estrellando en un poste la oportunidad de haber dejado
sentenciada la eliminatoria.
En la jugada siguiente,
Iniesta robó un balón para asistir a Messi, que marcó, de disparo raso,
el 2-0 a falta de seis minutos para el descanso. El Barça se fue al
vestuario con la eliminatoria igualada y la sensación de que, encima,
hoy no le abandonaría la suerte de los campeones.
El
Milan salió algo más ambicioso tras la reanudación y lo pagó caro.
Porque los de Jordi Roura encontraron más espacios para acercarse a las
inmediaciones de Abbiati.
Jaleado por un Camp Nou
entregado, el Barcelona olió la sangre y se fue a por el tercero. Una
pérdida de balón 'rossonera', el enésimo robo de Mascherano, acabó en
las botas de Xavi, que cedió para que Villa definiera magistralmente el
tercero. Aun quedaban 35 minutos para el final del partido y, aunque un
gol clasificaba al conjunto transalpino, éste parecía herido de muerte.
Los
locales pusieron entonces la pausa al partido y dejaron que
languideciese hasta que el Milan despertó en los últimos diez minutos de
la mano de Bojan y Robinho, que entraron en la recta final del choque
para revitalizar el ataque visitante.
Fue un acoso
tosco el de los italianos, sin poner en verdaderos apuros a Valdés, pero
asfixiando una y otra vez la salida del balón azulgrana y obligando a
multiplicarse a los locales -Messi el primero- para defender el
resultado hasta perder el resuello.
La tensión de la
grada se mascaba en cada llegada milanista, pero se convirtió en
felicidad desbordada cuando Jordi Alba, en el tiempo añadido, sentenció
en una contra.
Un epílogo inmejorable que devolvía
al Milan aquel 4-0 de la final de la Liga de Campeones Atenas'94 y que
convierte en eterno al Barça de Messi, Xavi, Iniesta y compañía, quienes
ya tienen su "noche mágica".
- Ficha técnica:
4
- Barcelona: Valdés; Alves, Piqué, Mascherano (Puyol, min.77), Sergio
Busquets, Xavi, Iniesta, Pedro (Adriano, min.83), Messi y Villa (Alexis,
min.75).
0 - Milan: Abbiati; Abate, Mexes, Zapata,
Constant, Ambrosini (Muntari, min.60), Montilivio, Flamini (Bojan,
min.75), Niang (Robinho, min.60), El Shaarawy y Boateng.
Goles: 1-0: Messi, min.5. 2-0: Messi, min.39. 3-0: Villa, min.55. 4-0: Jordi Alba, min.92.
Árbitro: Viktor Kassai (HUN). Mostró tarjeta amarilla a Boateng (min.22), Pedro (min.41), Flamini (min.46+) y Mexes (min.54)
Incidencias:
Partido de vuelta de los octavos de final de la Liga de Campeones
disputado en el Camp Nou ante 94.944 espectadores, la mejor entrada de
la temporada en esta competición. EFE
CONDICION:DEP,DEP,%%%,%%%
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